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lunes, 2 de junio de 2014

EL PROLETARIADO MEXICANO EN SU LUCHA POR LA JORNADA DE LAS 8 HORAS.

LUZ y FUERZA DE LA MEMORIA HISTÓRICA. LÍNEAS DE TRANSMISIÓN… O LÍNEA DEL TIEMPO.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

   Un documento, de suyo valioso como el que más, es el que me permito reproducir a continuación, mismo que tiene que ver con la propagación ideológica que hizo la Casa del Obrero Mundial, propulsora de la primera manifestación de protesta en México, el primero de mayo de 1913. Hoy, con expresiones groseras como el “outsourcing” que no es otra cosa que volver al origen de todas las cosas, es decir a la explotación del hombre por el hombre con salarios indeseables y jornadas extremas y desgastantes, el siguiente ejemplo da idea clara de que una lucha por la que se empeñaron, dio frutos que por muchos años, sirvió para que este país funcionara en muchos sentidos.

México también observó, por conducto de sus falanges productoras y como unidad actuante en el gran concurso de los países del mundo, el gesto heroico y sublime de las víctimas de Chicago; pugnó, asimismo, por la realización del ideal de aquellos revolucionarios que ofrendaron su vida en holocausto de una causa que se traduciría en beneficios totalmente comunes.
   Las ocho horas de labor entre nosotros tomaron carta de naturaleza legal hasta el año de 1917, cuando fue aprobada la nueva Constitución de la República, pero no debe ni puede desconocerse que si los legisladores de aquella época introdujeron en el cuerpo general de la Constitución la jornada máxima de ocho horas, ello fue incuestionablemente el resultado de las exigencias del medio, que a su vez se debieron a la resonancia de los sucesos sangrientos desarrollados en la ciudad de Chicago, donde la burguesía yanqui bautizó con sangre la osadía de los revolucionarios que con tanto arrojo y denuedo desafiaron a los poderosos y amenazaron a los privilegiados.


    Por eso cuando el personalismo y el interés mezquino de los hombres se manifiesta dentro del movimiento obrero de cualquier país, pierde toda su grandeza, toda su sencillez, porque la causa redentora no es, no puede ser de una persona, sino que responde a finalidades generales, viene a llenar una aspiración común, como consecuencia lógica de un malestar que no afecta a una persona, sino a muchas.
   Se aproximaba el día primero de mayo de 1913. (Victoriano) Huerta oprimía al pueblo con tenazas candentes. Los proletarios se preparaban para conmemorar dignamente por primera vez en México los acontecimientos de Chicago, Ill., E.U.A.
   ¿Qué significación tenía para los trabajadores del mundo el día 1° de mayo?
   Los escritores burgueses que todo lo mixtifican, señalaban aquella fecha como un día escogido por la clase trabajadora para celebrar “la fiesta del trabajo”; pero los directores de la CASA DEL OBRERO MUNDIAL rectificaban tal opinión convocando a una manifestación de carácter protestatario contra el crimen de lesa humanidad perpetrado por las autoridades norteamericanas en las personas de miles de trabajadores indefensos el DÍA PRIMERO DE MAYO DE 1886, y especialmente de ADOLFO FISCHER, JORGE ENGELS, ALBERTO R. PEARSON, LUIS LING, MIGUEL SCHWAB, SAMUEL FIELDEN, OSCAR NEEBE, AUGUSTO SPIES, asesinados el 11 de noviembre siguiente con motivo del acto referido; contra las injusticias de toda la sociedad dorada, que inicuamente explota el cerebro y el brazo de los productores, obligándolos a llevar una vida miserable e indigna; en una palabra, contra la excesiva jornada de diez y hasta catorce horas diarias, aumentada con la inhumana del trabajo dominical.
   El Partido Socialista Obrero, fundado en agosto de 1911, conmemoró en 1912 la fecha del 1° de Mayo, ya publicando en EL SOCIALISTA artículos de orientación, conexos con dicho día, ya celebrando una velada y otros actos más o menos notables; pero era indispensable que una corporación como la CASA DEL OBRERO MUNDIAL tomara en sus manos el año siguiente o sea en 1913, la dirección de ceremonias como las que nos ocupan para que el 1° de Mayo revistiera magnificencia, anulando así, para el porvenir, imposturas que tuvieran por objeto torcer las rutas revolucionarias del asalariado mundial.


La manifestación se concentró en el Hemiciclo de Juárez.

   Rebosantes de júbilo jamás experimentado, los gremios reunidos en la CASA DEL OBRERO MUNDIAL se aprestaron al acto de la manifestación más solemne, más numerosa, y más atrevida y más consciente que recuerda la historia.
   Como decimos, Huerta imperaba desde el Palacio de los Virreyes y esto, que para los cobardes pudo haber sido pretexto para que la manifestación no se realizara, para los templados espíritus de los miembros de la CASA DEL OBRERO MUNDIAL era gran incentivo.
   A hora temprana, y frente al edificio ocupado por los “mundiales” desplegaron como bandera que va al encuentro de la victoria un rótulo que decía: LA CASA DEL OBRERO MUNDIAL EXIGE LA JORNADA DIARIA DE OCHO HORAS Y EL DESCANSO DOMINICAL, siguiendo los gremios de carpinteros, Sociedad Mutualista de Auxilios Amistad y Progreso, Sociedad Benemérita del Ramo de Sastrería, Centro Cosmopolita de Dependientes, Obreros de las Fábricas de Fósforos y Cerillos, Obreros Ferrocarrileros de la División de Hidalgo, Operarios de la Impresora del Timbre, Benemérita Sociedad de Tejedores, Sociedad Instructiva y Recreativa “Guillermo Landa y Escandón”, Obreros de la Linera S. Esperanza, Ramo de Zapatería, Obreros de la Fábrica “El Salvador”, Sociedad Verdad y Trabajo, Sociedad Mutua de Señoras Tesoro del Hogar, Círculo Patriótico “El Centenario de la Independencia”, Sociedad Mutua el “Inmortal Morelos”, Operarios de los Talleres Valentín Elcoro, Partido Socialista de México, Sociedad “Alianza”, Obreros de la Nueva Industria, Unión de Canteros, Sociedad de Empleados Libres, Unión de Tejedores del D.F., Sociedad Mutua de Carpinteros “Ignacio M. Altamirano”, Sociedad “Caja de Ahorros”, Gran Liga Obrera, Obreros de la Carolina, 5° Comité del Partido Popular Obrero, Sociedad Auxilio, Sociedad de Jóvenes Obreros, y otras más cuyos nombres no fueron tomados por falta de estandartes o medios de identificación, y varias bandas de música.
   La manifestación partió rumbo al centro de la ciudad a eso de las 11 horas, clamorosa, imponente, turbadora. Se calcula que más de 20,000 trabajadores entre hombres y mujeres, formaban parte de ella. La misma prensa burguesa decía después de efectuada, que según informes cablegráficos recibidos en Francia, España, Italia, Inglaterra y otras regiones, la manifestación llevada a cabo por los obreros de México, había superado a la que, con igual motivo del día 1° de Mayo recorrió las calles de la ciudad de Londres.
   Ciertamente, sin hacer violencia a nuestra memoria, ni como hombres de temperamento impresionable respecto de lo bello, ni como aspirantes a un estado mejor para todos los humanos, no recordamos manifestación más formidable en calidad que ésta, no obstante que las uniones y sindicatos obreros no eran tan numerosos como lo son actualmente. Los proletarios manifestantes llenaban muchas calles. Con energía de torrente clamaban por sus derechos. Decían: “Queremos descanso dominical”. “Exigimos la jornada diaria de ocho horas”. ¡Cuán bellamente se movía la turba triunfadora hacia las principales arterias citadinas y qué interesante resultaba su conjunto!
   Respecto de los actos literarios realizados con tan importante motivo se significaron el mitin de la Alameda y la velada literaria del Teatro “Xicotencatl”, cuyos principales números fueron cubiertos por Epigmenio H. Ocampo y Jacinto Huitrón, quienes dirigieron la palabra al pueblo en el Hemiciclo de Juárez, juntamente con Antonio Díaz Soto y Gama y Rafael Pérez Taylor; el camarada José Colado hizo entrega de un memorial a una comisión de diputados representada por Heriberto Jara, en el edificio de las calles del Factor, y el licenciado Isidro Fabela produjo elocuentísima conferencia en la velada del Teatro “Xicotencatl”.
   Los niños de la Escuela Industrial de Huérfanos tributaron su homenaje al unísono de los trabajadores, a Jesús García, que salvó al pueblo de Nacozari, Son., de la destrucción; llevándose a cabo dicha ofrenda en la plaza que lleva el nombre del bravo ferrocarrilero.
   En el Parque de Balbuena, así como en el Tívoli del Elíseo se efectuaron otras ceremonias.
   El Comité organizador estuvo integrado por el señor ingeniero Carlos M. Peralta, Salvador Preciado, Gilberto Vega, Felipe de Jesús Flores, Rosalío Landgrave, Heriberto Jara e Hilario Carrillo.
   ¡Hurra por el Comité de la protesta pública del día 1° de Mayo de 1913 en la ciudad de México! ¡Bravo por los valerosos gremios que tomaron participación en ella en momentos en que la usurpación y el privilegio descaradamente retaban a los más rudimentarios principios de la civilización humana! ¡Salud a la CASA DEL OBRERO MUNDIAL, cuya sinceridad desarmaba el brazo de los sicarios palaciegos, los que no se atrevían a atacarla en ningún sentido!
(Versión tomada del Órgano del Grupo de Obreros Gráficos de Acción Social.-Mayo de 1945).

LUX. La revista de los trabajadores. Año XVIII, N° 4-5. 31 de mayo de 1945, p. 28-29.


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