LUZ… A LOS POETAS.
FUERZA… A LOS POETAS.
SELECCIÓN DE: JOSÉ
FRANCISCO COELLO UGALDE.
En la revista Historia y vida me encontré recientemente con un pequeño,
pequeñísimo reportaje que recrea el paso por esta vida de Loïe Fuller, aquella
mujer que, al igual que Annabelle Withford Morre, llegaron a ser intérpretes,
cada una en su natural expresión, de la que en su momento se conoció como “danza
de la Serpetina”, inmortalizada cada interpretación tanto en el cine como por
la pintura de Toulouse-Lautrec. Esto entre finales del siglo XIX y comienzos
del XX. El encanto de aquellas danzas estaba fundado, entre otras cosas por el
uso de interminables metros de seda empleados en los vaporosos vestidos, así
como por la aplicación de sales luminiscentes que creaban efectos escénicos que
terminaron cautivando a quienes tuvieron oportunidad de apreciar aquellas
funciones. Tal danza era considerada como “fantasmagórica” sirvió como elemento
de inspiración entre diversos artistas de la época. Y en efecto, como el motivo
de la presente serie es seguir reuniendo elementos que sustenten la presencia
de la luz como motivo de inspiración, me permito traer hasta ustedes las dos
páginas de la revista anunciada al principios de estas breves notas, y que
sirve como uno más de estos capítulos que, en su momento integrarán un sólido
repaso en el que la poesía encargada de recoger la luz de inspiración, es por otro lado, la fuerza que alienta nuestros mejores anhelos, los que nos animen a
seguir adelante.
Historia y vida N° 534. Canarias,
España, 2008, p. 12 y 13.
Annabelle
Withford Morre quien también ejecutaba la danza de la Serpetina, sólo que ella
lo hizo ante el kinetógrafo de Edison en una versión de enero de 1895, por lo
que la “Serpentina”, al igual que aquella otra interpretada por Loïe Fuller se
convirtieron en un punto de atracción sin precedentes.
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