LUZ y FUERZA DE LA MEMORIA HISTÓRICA y SUS AUTORES
INVITADOS.
POR:
JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
El movimiento estridentista
en México, se declara con toda su arrogancia e independencia hacia 1921. Se trata
de la manifestación artística y literaria que un pequeño grupo de jóvenes
mexicanos demostró como forma de ruptura ante los convencionalismos que
predominaban por entonces, enfrentando incluso a ese otro movimiento, el de los
“Contemporáneos” que también daba muestras del mismo tipo de inquietud. Sin embargo,
aquel era mucho más contestatario, provocador, iconoclasta. De él, hubo
personajes que dejaron una clara huella de sus inconformidades. Uno de ellos
fue Arqueles Vela, quien valiéndose de su juventud, dejó muy claro en su declaración
de principios, que luego no prosperó, pues el mismo movimiento, de alguna
manera se desintegró cuando Germán List Arzubide, Fermín Revueltas, Manuel
Maples Arce, Leopoldo Mendez, ya sea entre el conflicto de seguir o no,
encontraron un posible agotamiento, con lo que se produjo la dispersión, pero
no el olvido de toda su trayectoria, la que quedó claramente demostrada en su
conocido “Manifiesto”.[1]
En LUX. La revista de los trabajadores un empeño de esa dimensión, la
de aquel movimiento inacabado, siguió de alguna manera encontrando espacios
donde hacerse notar, ya no como el primer despertar, rebelde y caótico, sino
como algo que maduraba. En ese sentido, una colaboración de Arqueles Vela, nos
deja entender ese paso y esa concreción hacia objetivos mejor trazados, por lo
que me parece muy apropiado traer hasta aquí sus ideas y opiniones al respecto
de…
La historia
de la humanidad comienza con el hallazgo del primer signo vocal que designaba
un nombre común: HOMBRE… quería decir todos los hombres; LUZ… todas las luces
que se encendían y se apagaban sobre la tierra…
Desde aquel
momento se abre al hombre la ruta de la aventura intelectual. El hombre
descubre los litorales ignotos de su mundo interior y construye la arquitectura
de su provincia espiritual, porque las palabras son al pensamiento, lo que los
utensilios a la actividad natural de la obra –dice Ratzel en su historia del
Desenvolvimiento Social- depende en parte, de la cualidad del utillaje.
La obra
intelectual depende también, de la cualidad del utillaje del pensamiento –la palabra-
que fundamenta y decide su perfección.
El mundo
adquiere un sentido en los labios del hombre. Pero este sentido es perecedero. Apenas
se transmite por la tradición oral; y cuando llega a las generaciones
posteriores, ya está inevitablemente modificado por la ingénita necesidad individual,
de participar en la creación del mundo material.
El pensamiento
se hace imperecedero cuando el hombre convierte en signos gráficos los signos
vocales.
La escritura
representa y encierra tantos valores espirituales, que el hombre de los primeros
tiempos la consideraba como una fórmula mágica; como una fuerza sobrenatural
que llega a transformar la materia en espíritu y el espíritu en materia: el
Verbo se hizo Carne… cuando la idea se hizo acción…
La palabra
escrita no tan sólo contribuyó a fijar la claridad de las ideas, sino aún a
realizar una organización social superior.
El hombre
pudo aprovechar la experiencia de las generaciones pasadas, analizando el
pensamiento escrito.
Así pudo
también superar la fuerza de las ideas, utilizándolas en el desenvolvimiento de
su mundo material y espiritual.
Manuel Maples
Arce / Manifiesta Estridentista ¡Viva el mole de Guajolote! / Puebla, 1° de
enero de 1923 / Impresión gráfica directa. / Museo Nacional de Arte, CONACULTA,
INBA. En internet, consulta de julio 2, 2014 en: http://www.mexicanisimo.com.mx/anteriores/no7/siglos.html
Toda idea
que penetra y se generaliza en la colectividad, se convierte en energía social.
Nuestra vida
necesita de esa energía para progresar.
Mientras existan
ANALFABETAS no podremos extender nuestro poder de comunicación. No podremos
intensificar nuestra vida intelectual. Cada ANALFABETA es un elemento menos que
convive con nosotros; un elemento que no alcanza la plenitud en la convivencia
social. Nuestra obra por muy perfecta que sea, quedará reducida a un núcleo y
no podrá jamás crear un ideal común.
Mientras existan
ANALFABETAS no podremos establecer nexos fuertes para solucionar los problemas
de la existencia. No podrá existir una vida política completa, porque no habrá
vida pública. Viviremos en plena plaza pública…
Todo hombre
que no sabe escribir es un hombre mortal… llamado a perecer…
Tenemos que
ayudar a que todo hombre alcance su inmortalidad, dejando la huella de su
pensamiento en la palabra escrita…
Tenemos que
ayudar a que todo individuo pueda desarrollar su personalidad, proporcionándole
las bases de su nutrición intelectual.
Sin este
requisito, el esfuerzo cultural de las generaciones pasadas será inhumano…
La vida se
la debe a la educación…
En: LUX. La revista de los
trabajadores, Año XVIII, N° 8, 31 de agosto de 1945, p. 9.
Como se podrá observar, las
páginas de esta emblemática publicación sindical, tuvo a lo largo de diversas
épocas, la posibilidad de abrir las puertas a diferentes creadores y hacedores
en el campo de la cultura, lo cual deja entender que no estaba reñida con este
ámbito tan delicado, pero que necesitaba asideros cuya divulgación se acercara,
tanto como fuera posible, a la clase trabajadora. Este ejemplo se encuentra
claramente en buena parte de LUX, de
cuyos años que van de 1945 a 1965 he obtenido una valiosa reproducción
fotográfico-digital que permite entender muchos significados del propio S.M.E.
al margen de su condición en tanto institución concentradora de miles de
obreros; especializados en la producción, generación, transmisión, distribución
y comercialización de la energía eléctrica.
En futuras colaboraciones me
iré ocupando de otros interesantes ejemplos, donde figuran intelectuales que
consolidaron la mirada cultural del México en el siglo XX.
[1] Para mayor
información, recomiendo la lectura de “El estridentismo mexicano y su construcción de la ciudad moderna a través de la poesía y
la pintura” de José Manuel Prieto González. Véase: http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-398.htm
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